Casa a crochet

La serie que nos ofrece Rubén Romano pone en juego la sustitución de nuestro entorno natural por representaciones de representaciones... de colecciones de realidad. Tal serie fotográfica es un relato de fotografía total, autoevidente, formalmente cohesionada y discursivamente consistente. No hay imágenes de seres humanos, pero sí variantes y sucedáneos (de aquí las reiteradas imágenes de imágenes, etc.), en dibujos, fotos, modelados, espejos, superficies brillantes, cuadros. El carácter de los objetos denota un contexto social jugando con lo ficticio, pero sin falsificación.
La serena disposición figurativa, realista, permite que los objetos hablen por sí mismos, y no sin ingenuidad podemos asomarnos a ese mundo, segmentado, simulacro como ya dijimos, incluso falsificado, pero una ficción natural con sentido pleno. Hablar de sus fotografías nos habilita a transformar ese mundo en lenguaje, pudiendo decir más de lo que muestra, sobre todo si nos remitimos al recorrido del relato y no tanto a la singularidad de una fotografía.
La realidad de los objetos representados transcurre sin apuro, y la representación figurativa capta un segmento de aquel continuum, que tranquilamente podría no diferenciarse de un momento anterior u otro posterior, aquí no hay un antes y un después. Nuestra vista pugna por ir de la apreciación instantánea del todo, a reparar en los pequeños detalles de los objetos, y en este juego relacional de ir y venir le vamos dando sentido a lo que estamos mirando. La inmovilidad de los objetos achica los límites de lo estático y del movimiento, y las fotos resultan atemporales. Representan, hic et nunc un eterno presente.

Francisco Bastías*. Extracto del prólogo del libro "Casa a Crochet"

* Francisco Bastías es Profesor en Filosofía UNLP